Un doblete de Rodrygo pasaportó a un blandito Athletic en el Bernabéu. El Real Madrid ganó sin muchas ganas un duelo que no tuvo ni intensidad ni emoción porque el equipo de Ernesto Valverde tenía la cabeza, el corazón y las piernas en la final de Copa. Volvió al once Bellingham, que tuvo un partido discreto, y descansó de inicio Camavinga.
Rotaba (poco) Valverde. Rotaba (menos) Ancelotti. Descansaba Camavinga, más por precaución que por prescripción, y Vinicius, sancionado por su enésimo ataque de ira. El resto jugarán próximamente ante el Manchester City en el duelo de Champions. En el Athletic formaban de inicio siete de los once que serán titulares el próximo sábado en la final de Copa ante el Mallorca.
Alberola y el VAR se comieron un penalti sobre Rodrygo tras pitar un fuera de juego inexistente https://t.co/4fC8h3DaS5
— okdiario.com (@okdiario) March 31, 2024
Por no enredarnos, digamos que en el Real Madrid salían de inicio Lunin; Carvajal, Rüdiger, Nacho, Mendy; Tchouaméni, Kroos, Valverde, Bellingham; Brahim y Rodrygo. Un once que se parecerá mucho al que se enfrente en el Bernabéu al City de Guardiola. También la alineación del Athletic tenía sabor a equipo titular aunque con retoques.
De inicio la pelota fue para los visitantes, que vestían de blanco frente a los locales que iban de morado, igual que el dominio del juego. Pero a la primera que tuvo el Real Madrid fue a la jaula. La metió Rodrygo, que condujo desde la izquierda con la bola cosida a la derecha sin que nadie le hiciera ni sombra. Yeray acompañó con la mirada, igual que Aguirrezabala, lento en su estirada y equivocado al meter la mano contraria. Cincuenta días con sus noches llevaba el brasileño sin hacer un gol con la camiseta del Real Madrid.
Rodrygo golpea primero
Fue un golazo impresionante digno de un futbolista que no va a tener muchas ocasiones de jugar por la izquierda porque tendrá dos por delante que son mejores que él. El gol asentó al Real Madrid y dejó al Athletic tocado y sin el ímpetu necesario para afrontar un intento de remontada a seis días de la final de Copa.
Vagueaba el Real Madrid con la pelota y el Athletic no apretaba lo suficiente. En el 23 sufrió Yeray un tirón muscular que obligó a dejar su sitio a Vivian, que iba a descansar pensando en la final de Copa y tuvo que calzarse las botas. Siguió el partido y siguió dando grima ver al Real Madrid de morado y al Athletic.
No pasó nada destacable ni accesorio ni mediopensionista hasta superar la media hora de partido. Cómodo el Real Madrid con la pelota y más cómodo aún el Athletic sin ella. El partido no tenía gracia ninguna. Deambulaba Bellingham de cuerpo presente sin hacer ni el huevo. Ancelotti lo va a necesitar ante el Manchester City como estaba en septiembre o en octubre, pero hace tiempo que a ese jugador no lo vemos.
Un disparo de Fede Valverde desde la frontal que desvió con apuros Fede Valverde en el 37 fue el siguiente aviso del Madrid de que seguía en el partido aunque fuera sin demasiado interés. Menos tenía el Athletic, con la cabeza, el corazón y las piernas puestas en la final de Copa del sábado. El segundo podía caer en cualquier momento más por inercia que por interés.
En su kilométrica frente la tuvo Tchouaméni a la salida de un córner cuando el partido frisaba ya el descanso, pero la echó fuera. Fue lo último que ocurrió antes de un descanso liberador del truño infame que estábamos viendo en el Bernabéu. Era un amistoso con público, mucho público, pero el partido no tenía ninguna chispa.
Sopor en el Bernabéu
Regresamos del intermedio con el Real Madrid dispuesto a pasaportar el partido. En sus botas lo tuvo Brahim con un disparo dentro del área tras una maniobra individual de Rodrygo. Respondió el Athletic con su primer tiro a puerta, un peligrosísimo remate de Iñaki Williams a la salida de un córner que abortó Lunin bajo palos.
El partido volvió a desinflarse después del empuje inicial. Bellingham reclamó penalti por empujón de Vivian. Existió el contacto pero también la exageración del inglés. Ídem reclamaría Rodrygo al filo del 60 en una acción similar donde se cruzó Lekue estuvo más cerca el desmayo que la pena máxima. El Bernabéu comenzó a enfadarse casi por inercia.
Y se fueron consumiendo los minutos camino del final mientras el Athletic atacaba y el Real Madrid se defendía con orden pero sin mucho interés. Nacho vio la amarilla por llevarse puesto a Iñaki Williams y Ancelotti decidió sacar del campo a Brahim para meter a Joselu. Y tres minutos después el líder sentenciaría el duelo gracias a una contra que lanzó Kroos, aceleró Bellingham y sentenció Rodrygo, otra vez desde la izquierda. El brasileño se siente tan cómodo en ese sitio que a veces da pena que se lo quite siempre Vinicius.
En el 80, con el partido ya finiquitado, entraron Camavinga, Modric y Lucas Vázquez por Kroos, Rodrygo y Brahim. Hasta Ancelotti se permitió el lujo de poner a jugar tres minutos a Militao, que volvía después de su grave lesión de rodilla. Pasaron los minutos finales sin historia ninguna y el Real Madrid abrochó un triunfo cómodo y sencillo que le deja con sus ocho puntos de ventaja sobre el Barcelona en una Liga que tiene cada día más cerca.